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Guillermo Alfaro Malabia (1910-1992) nació en
Minglanilla (Cuenca). La afición musical hacia el
acordeón se despertó muy pronto en él. Cuando tenía 6
años sus padres le compraron un acordeón diatónico, y
después de las clases de primaria en el colegio, se
metía en el sótano de su casa donde pasaba horas y horas
practicando él solo y sin ayuda alguna. Los estudios de
secundaria los compaginó igualmente con sus prácticas
autodidactas, y poco a poco le fueron llamando para que
amenizara las fiestas de los pueblos de los alrededores,
donde era cada vez más conocido.
Pero Guillermo se dio cuenta de que si no podía leer una
partitura musical no podría llegar a ser un verdadero
músico, y empezó a tomar clases de solfeo con el
director de la Banda Municipal del pueblo, estudios que
continuó en Valencia con diversos profesores.
En su dilatada vida musical recorrió infinidad de
poblaciones grandes y pequeñas de varias provincias,
sobre todo Cuenca, Valencia, Albacete y Teruel. En todos
los lugares donde actuó le acompañó el éxito y fue
apreciado por su calidad artística y personal. Y siempre
esperaban que volviera el año siguiente. En Sinarca
(Valencia) fue más de 30 años a amenizar las fiestas
populares.
Actuó como muchos músicos de la época en solitario, pero
también formó su propia orquesta contratando músicos
como Matías Aguirre, saxo alto de la Banda Municipal de
Cuenca, Fernando Piqueras, saxo tenor de la Banda
Municipal de Valencia , José Ripoll, trompeta solista de
la Banda Municipal de Cuenca, y como baterías llevaba a
su hijo Antonio, pero también a Alaska, Etibalis y
Maillo. Todos ellos muy buenos profesionales.
También actuó en la sala Carillón de Madrid, y en las
fallas de Utiel, Requena y Valencia. En los primeros
tiempos de TVE cuando los estudios estaban en El Paseo
de la Habana de Madrid , interpretó en la pequeña
pantalla varias composiciones de su extenso repertorio.
Guillermo tuvo varios acordeones a lo largo de su vida
musical. Pero el que le acompañó durante sus últimos 58
años, fue uno de la marca SCANDALLI que encargó
directamente a la fábrica de Camerano (Italia) hasta el
color y las medidas que quería. Sus hijos lo conservan
como una auténtica joya. Tiene cinco filas de teclas a
la mano derecha a siete voces, y doscientos veinte bajos
a la mano izquierda a seis voces.
(Obtenido de
youtube) |