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 ¿CÓMO AYUDAR CON LOS DEBERES?
Muchos padres y madres nos preguntamos e incluso nos angustiamos a la hora de decidir la manera de ayudar a nuestros hijos e hijas con los deberes escolares. Somos por un lado conscientes que nuestros hijos a veces nos requieren para realizar estas tareas y, por otro lado no sabemos hasta qué punto es conveniente influir sin entorpecer la programación del maestro.

Para empezar, debemos pensar que los deberes no deben ser una forma habitual de proyección escolar. Debemos pensar que nuestros hijos en proporción sienten tanta fatiga al terminar la jornada escolar como nosotros al concluir nuestros trabajos fuera o en casa. El fin del trabajo supone el comienzo del ocio, y esto es algo tan consustancial a la persona como la propia actividad. Es una práctica poco recomendable por tanto solicitar o presionar a los maestros de nuestros hijos a que encarguen cada día trabajo extra para casa.A veces algunos padres y madres medimos la eficacia de un profesional de la enseñanza por la capacidad de éste a rellenar hojas y hojas de ejercicios extras. Nada más lejos de la realidad.

El trabajo para casa debe cumplir en todo caso estas condiciones:

  • Debe ser complementario y no sustitutorio del trabajo del aula. Normalmente un trabajo de ampliación o refuerzo de lo ya hecho en clase y dominado suficientemente por el alumno.
  • Debe tener un carácter más lúdico que tedioso. Aprender divirtiéndose. Evitar las actividades repetitivas y poco creativas.
  • Debe estar convenientemente dosificado para que no suponga un tiempo excesivo. En ningún caso debe evitar el relax y el juego en el niño o niña.

Dicho ésto, ¿qué debemos hacer cuando nuestro hijo trae trabajo a casa? En primer lugar comprobar que domina las actividades a realizar, que ya han sido trabajadas en clase. Un planteamiento erróneo del niño puede ser perjudicial para su aprendizaje. En segundo lugar no ayudar directamente. Es necesario dotar de autonomía al hijo o hija. Lo contrario creará niños dependientes en exceso. Sólo debemos limitarnos a aclarar dudas sobre el planteamiento técnico del ejercicio y no sobre su resolución.Podemos aportar posibles estrategias para ayudar a resolver los problemas, no ayudar a resolverlos; podemos hacer comprender lo erróneo de algún planteamiento, pero es preferible que el error sea después corregido por el profesor. Así se lo debemos indicar. Creo que estás equivocado, pero es mejor que se lo preguntes a tu profesor.

Y sobre todo, no pensar que la ausencia de deberes es un mal planteamiento de las clases. Si no me cree, llévese cada día montones de trabajo a casa y dedique tres horas extras o más a resolverlos. Eso es lo que su hijo o hija sentirá con sus deberes.

     
 
 
 
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