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Un símbolo para la fiesta:

La situación

La Plaza de Toros  
  La Plaza de toros está situada en la parte más alta del pueblo. en la calle Molino de Viento. Su emplazamiento esun cerro pelado de vegetación, áspero como las tierras de por aquí. Nuestra plaza no está en el centro, por el contrario, se mantiene alejada del deambular diario de las gentes de Minglanilla. Durante años ha sufrido diversos estadios de abandono y restauración. En estos momentos está restaurada y cada fiesta puede asistirse a una o dos corridas de toros. Pero quizá lo más interesante sea conocer la historia, humilde historia si se quiere, de su construcción hace más de cien años. Esto lo contamos a continuación.  
   

Lo que significó

   
  Jose Luis Espada Rivera nos ha proporcionado la transcripción de un curioso documento en el que el promotor de la construcción de la Plaza de Toros de Minglanilla relata con detalle la gestación de la idea y la puesta en práctica de su edificación hace más de un siglo.El documento lleva por título: "Obra de la plaza de toros" y dice así:

" Concebí este pensamiento a causa de que los deudores que tenía la tienda no pudieron quitar nada de la cuenta que tenían por causa del mal año, y viéndome en el compromiso de tener que darles de comer en los días de mucho apuro, determiné que en lugar de aumentar las cuentas del libro, trabajesen en esa obra puesto que mi principal objeto era hacer un gran desmonte y allí podrían trabajar en toda razón de la tierra, por cuyo motivo puse en práctica mi obra el día 2 de enero de 1897. Para el trazado de la misma visité la plaza de la Motilla y Utiel y de dichas plazas formé una idea de lo que había de ser ésta.

Contribuyó poderosamente para la realización de dicha obra el haberme cedido en calidad de venta y por ciento cincuenta pesetas el palomar que se conocía con el nombre de Molino de Viento de la propiedad del Exmo. Sr. Don Ecomaldo Crespo, que con toda seguridad se bajarían de la obra más de mil carros de piedra.

Comenzó la obra el maestro Francisco Cuesta y su hermano Salvador, que por aquellas fechas trabajaba con él como ayudante, y la primera piedra la coloqué con mis propias manos y pronunciando en aquel momento el nombre del Santísimo Cristo de la Salud para que me diera salud y acierto en la obra que principiaba con tan escasos recursos como yo podía contar.

Viendo que por los primeros del mes de mayo tenía bastante adelantado en el desmonte, me animo a seguir con más empeño para conseguir dar dos corridas de novillos para las fiestas del Santísimo Cristo, como así sucedió, pues el día ocho de Septiembre ya tenía la plaza en condiciones para que la viera una comisión del Ayuntamiento compuesta por D. Luis Cuesta como Teniente de Alcalde y Policarpo Sáez y Francisco González como Perito de la Villa, que salvo a alguinas pequeñas reparaciones que se hicieron en el acto quedó útil a juicio de los mismos en la segunda visita para poder dar las corridas.

Su inauguración tuvo lugar el día uno de Septiembre con tres toros de la ganadería de D. Rufo Serrano y Clueca, vecino de Cuenca. El mismo que al ser sabedor de la forma que se había hecho este edificio y con la serie de constancia que habíamos trabajado tanto mi querida esposa como yo, tuvo la galantería de ofrecerme incondicionadamente su ganado, a lo que estaré eternamente agradecido. Trabajó como espada José Parenal (valenciano) siendo muy aplaudido por todos los asistentes y me pidió el primer palco D. Francisco Olmos y ocupó la presidencia D. León López, Primer Alcalde y todo el Ayuntamiento. Salió a pedir la llave mi amigo D. Felipe Martinez Fila y abrió la puerta del chiquero al primer toro Isidro Gandía (a) Sevilla, siendo arrastrados los toros por las mulas de Benito y Sebastián Garrido.

El resultado de las corridas fue de unas trescientas a cuatrocientas pesetas por cuyo motivo al siguiente año cubrí con teja 16 palcos y algo de tejados y con el firme propósito de asegurar toda la obra con machones y cuantos medios estén a mi alcance hasta terminarla con todas las condiciones posibles. "

EDUARDO GARCIA

Las fotografías del interior de la Plaza son propiedad de Mª. Carmen Morón

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